Enfoque del Buen Vivir, tierra
y territorio
Los pueblos originarios andinos, amazónicos y costeños, en su
permanente relación con la naturaleza, la tierra y el territorio,
han desarrollado un conjunto de formas y modos de concebir el
mundo, de pensar, de comunicarse, de comportarse y organizarse social mente. Su forma de vida está basada en la realización de
diferentes actividades productivas y sociales que les permite satisfacer, a partir de los recursos que les ofrece el territorio, las
necesidades biológicas, sociales y espirituales, construyendo las
condiciones del Buen Vivir. Para estos pueblos, el territorio/la tierra no es solamente un espacio físico en el que encuentran los
recursos naturales y en el que desarrollan actividades socio productivas, sino que fundamentalmente es parte de su identidad
colectiva, base material de su cultura y el fundamento de su espiritualidad.
Los pueblos originarios, desde sus experiencias milenarias que están en
estrecha relación con el medio ambiente, lo divino y lo comunitario,
han estructurado la concepción de lo
que es el “Buen Vivir” que se expresa en los términos “Sumaq Kawsay”
(quechua), “Suma Qamaña” (aimara),
“Tajimat Pujut” (awajún) y “Tarimat
Pujut” (wampis), los que literalmente
se pueden traducir como “saber vivir” o
“vivir en plenitud”. Saber vivir implica estar
en armonía con uno mismo y luego saber relacionarse o convivir armónicamente con todas
las formas de existencia. En ese sentido, el Buen
Vivir “es vivir en comunidad, en hermandad y especialmente en complementariedad. Es una vida comunal armónica
y autosuficiente. Vivir Bien significa complementarnos y compartir
sin competir, vivir en armonía entre personas y con la naturaleza.
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